Musica de Acordeon
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INTERNACIONALIZACIÓN DEL VALLENATO

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Mensaje  Huésped Lun Jul 28, 2008 7:41 pm

Amigos: los invito a reunir aquí artículos, comentarios, libros, documentales, etc. que ilustren sobre el origen y difusión del vallenato fuera de Colombia. Comienzo con un artículo publicado en El Tiempo en el año 2003 que ilustra sobre como llegó el vallenato a MONTERREY.


El Fanático Mexicano Del Vallenato



Tocado por las notas de un acordeón y una música que le llegaba hasta el alma, un día, el mexicano Luis Manuel López Carrera vendió todo lo que tenía, su carro y sus pocas pertenencias, y le dijo a su familia: "Adiós, me voy a buscar un lugar llamado Valledupar". Entonces partió en una travesía que lo llevó, por escalas, desde su natal Monterrey (México) hasta Ciudad de México, pasando por Nicaragua, Honduras, Panamá, Medellín y Bogotá.

El viaje parecía ser la culminación de una locura cultivada por años. Desde los 12 años, cuando comenzó a escuchar la música colombiana (entonces no se hacía distinción de ritmos) que transmitía una emisora regiomontana. Su afición le había valido el apodo de "colombianillo", como se designaba peyorativamente a los fanáticos de nuestro folclor en las colonias (barrios) de Monterrey. Incluso, grababa canciones a escondidas de sus propios hermanos para que no se burlaran.

López había escuchado durante 15 años al Binomio de Oro y a muchos otros exponentes de la música vallenata, sin siquiera imaginar sus rostros o su forma de vestir. Como él, muchos jóvenes mexicanos, al no tener referencias sobre sus ídolos, se habían dedicado a recortar en los periódicos toda noticia que llegara de un país llamado Colombia en busca de responderse por el origen de esta música.

Un día Israel Romero, el acordeonero del Binomio de Oro, pasó fugazmente por Monterrey para dar una entrevista en una emisora local. Había un mundo de gente. López le hizo llegar una carta con cinco preguntas y al leerlas, Romero bajó personalmente a respondérselas. "Me han pedido discos, posters, ayuda, etc le dijo el cantante- , pero nunca nadie me había preguntado de dónde viene el vallenato o dónde queda Valledupar". Y comenzó a responderle.

El encuentro, en 1996, dejó a López con el insomnio que lo trajo por primera vez al Festival de la Leyenda Vallenata, al año siguiente, cuando se coronó a Gonzalo El Cocha Molina como Rey de Reyes. "Fui la sensación en la plaza - cuenta-. Me identificaban como el mexicano que se sabe todas las canciones . Y cantaba Voz de acordeones, cuando un hombre se me acercó y me dijo: Esa canción que estás cantando, la compuso mi hermano. Ven te lo presento ". Así conoció a Tomás Darío Gutiérrez Hinojosa. "Me di cuenta que lo difícil no era llegar a Valledupar - recuerda el mexicano que contó su experiencia dentro del foro sobre la internacionalización del vallenato, realizado en la capital del Cesar- . Lo difícil era hacer algo productivo con esa experiencia". López se reunió con amigos que compartían su fanatismo por el vallenato, de esos que rivalizaban sobre cuál sabía más acerca de Colombia y su música y se propuso realizar un festival propio en Monterrey. Una empresa que creyó en su locura le regaló el dinero para dos pasajes, la meta era invitar a Gutiérrez y a Consuelo Araújonoguera. Pero Consuelo le recomendó ahorrar lo de su pasaje y, por cuenta del Festival de la Leyenda Vallenata, le envió a Saúl Lallemand, rey vallenato de entonces (1998). Así, Lallemand fue el primer vallenato nacido en Colombia, que pisó tierras regiomontanas. "La gente lloraba al verlo", dice López. Los conciertos musicales se llenaron en ese primer festival bautizado a la vez, Voz de Acordeones, que en junio próximo llegará a su cuarta edición.

Después irían Los Diablitos y el Binomio. Ahora, a Monterrey van artistas colombianos cada quince días. "Grupo colombiano que llega es grupo al que se le va comprando el acordeón- agrega López- porque los técnicos de allá aún no han encontrado la afinación para que el instrumento suene igual que acá. Ahora mismo yo me llevo dos acordeones afinados en Valledupar, para que los técnicos aprendan cómo es". De su tierra, López cuenta que los "colombianillos", se han convertido en oyentes de respeto, ya no tienen que imaginarse sus caras o las características de su país, el mismo López se ha encargado de promover la información sobre los cuatro aires vallenatos (son, merengue, paseo y puya). Y otros fanáticos más comerciantes han retomado su viaje para llevar consigo a México cargas de 200 o 250 sombreros vueltiaos para vender entre los aficionados.

"La gente bautiza a sus hijos con nombres de artistas vallenatos - relata- . Mi hijo se llama Diomedes, por ejemplo. Y cuando un "colombianillo" muere, se le despide en el cementerio a ritmo de la música de ustedes". Gracias a su locura, muchos regiomontanos transitan por Valledupar. "He contado 23 en este festival", dice. Se han hecho amigos de los artistas y se hospedan en sus casas con el ánimo de aprender sobre su cultura y su folclor. Preguntarán por qué un mexicano hace tanto por difundir el vallenato?. "Porque cuando vine a Colombia por primera vez - responde López- , encontré gente que se sabía al derecho y al revés las rancheras de Pedro Infante, Javier Solis y Jorge Negrete. Vi un respeto muy grande por la música mexicana y quise corresponder".

Publicación eltiempo.com Sección Cultura y entretenimiento, Fecha de publicación 2 de mayo de 2003.

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Mensaje  Huésped Lun Jul 28, 2008 8:24 pm

El Colombiano De México


Celso Piña aprendió a tocar el acordeón al lado de un acetato de 33 revoluciones, en el que repetía sin cesar la música de Alfredo Gutiérrez. Piña, nacido en Monterrey (México), no ha salido de su país, pero podría citar casi toda geografía de las sabanas del César y del sur de Bolívar.

Su música es vallenata y cumbia que se toca según los parámetros del folclor colombiano. Lleva 20 años liderando el movimiento vallenato en su ciudad, al lado de su orquesta: La Ronda Bogotá. En las últimas semanas este mexicano comenzó a figurar en las listas de éxitos de canales de cable como HTV o MTV latino con la canción Cumbia sobre el río, en la que lo acompañan ilustres rockeros como Blanquito Man, de King Changó y raperos del grupo Control Machete.

Gracias a Piña, el vallenato, la cumbia y la palabra Colombia tienen otro significado para los mexicanos del norte. Allí, más que una nacionalidad, ser Colombia es ser militante de un folclor que se propagó gracias a las grabaciones piratas de los Corraleros de Majagual, desde hace más de medio siglo.

Folclor caribeño.

Estas grabaciones dieron vida a los sonideros , que no son otra cosa que DJ (discjockey) criollos que amenizan las fiestas populares con esa cadenciosa música extranjera . Ellos son la contravía marginal, en un país celoso de sus tradiciones, en el corazón de la música norteña y grupera, donde lo natural es escuchar rancheras, guapangos y polcas.

En esa contracorriente nació la Ronda Bogotá de Celso Piña. El primer regiomontano, nacido en el cerro de La Campana, que se cansó de bailar los mismos discos. Entonces, se puso a la tarea de hacer suyo nuestro folclor caribeño, con la intención de seguir su estilo, sin deformaciones, pegado a las tradiciones del vallenato y la cumbia.

Me di a la tarea de introducir esta músico en vivo. No había quien la tocara. Dije es un desperdicio. Me compré un acordeón y me encerraba en la casa a practicar. Escuchaba a Alfredo Gutiérrez, se puede decir que fue mi maestro virtual. Luego se unieron mis hermanos Rubén, Kike y Lalo, con quienes formé la Ronda Bogotá. Ellos son la base, los demás entran y salen .

Poco a poco la leyenda de Piña fue creciendo. Su voracidad por conocer los ritmos colombianos lo llevó a ampliar su registro. Fue así como descubrió a Andrés Landeros, los Hermanos Zuleta, Los Betos, el Binomio de Oro. Su popularidad, era grande y aparecieron los imitadores. Con ellos, el interés de las casas disqueras.

La variedad de estilos que interpretábamos fue lo que le interesó a las casas de discos. Nos pusieron a alternar con músicos de la talla de Los Diablitos. Alfredo Gutiérrez estuvo hace tres años aquí y tocamos con él .

Sentir la música.

En el país de los mariachis y la ranchera, no fue fácil para Celso Piña abrirse paso. Al comienzo no nos aceptaban, porque no es música de acá. Pero yo les decía entonces, cómo hacen con los que cantan música americana o inglesa . Hay que entender que la música es de todas partes. Lo único que hay que hacer es sentirla, el idioma es el que cambia .

La apertura musical de Piña lo llevó a investigar y por el camino se encontró con los rockeros de Café Tacuba y el venezolano King Changó. Con ellos grabó el disco Barrio bravo que se convirtió en un éxito internacional.

El fenómeno de Piña es tan importante que hasta un estudioso de la cultura popular como Carlos Monsivais aceptó que incluyeran en el disco su opinión sobre el trabajo de Piña.

Celso Piña es un conductor de tribus. Si viviese en tiempos medievales, sería calificado de acordeonista de Hamelin en memoria del rencoroso que al tocar la flauta, sedujo a los jovencitos hasta no saberse más de ellos. Es un fenómeno social, como bien dicen, y un fenómeno musical como bien se oye .

FOTO/Archivo particular.

Celso Piña aprendió a tocar el acordeón escuchando discos de Alfredo Gutiérrez.

Publicación eltiempo.com Sección Cultura y entretenimiento Fecha de publicación 18 de septiembre de 2001

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Mensaje  MARIO LARA Mar Jul 29, 2008 2:59 pm

SOMBRERO : AQUI LE ENVIO LO QUE LE HABIA PROMETIDO ACERCA DE LA CULTURA COLOMBIANA EN MONTERREY. ES LA PONENCIA DE DARIO BLANCO ARBOLEDA. ES LO MÀS COMPLETO QUE HAY HASTA EL MOMENTO YA LE PEDI PERMISO PARA PASARSELAS ME DIJO QUE NO HABIA PROBLEMA. SOLO LES PIDO SER DISCRETOS Y NO REGARLO ENTRE MEDIO MUNDO. ESTO ES ENTRE AMIGOS.

http://www.4shared.com/file/57022446/8672e199/DaroBlan1.html
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Mensaje  Huésped Mar Jul 29, 2008 3:02 pm

Algo que encontre hace unos años por internet. Para Sombrero vueltiao que esta tan interesado en el tema.

Miradas diversas de la cultura colombiana en México
Por José Juan Olvera Gudiño

El presente texto pretende hacer un recuento de las diversas aportaciones que, desde el arte, el periodismo y las ciencias sociales, se realizan en torno a lo que se ha llamado la “cultura colombiana”. La cultura colombiana (1) es una cultura popular, entendida ésta como un conjunto de significados y valores compartidos por un grupo social que las materializa en ciertas prácticas y objetos. Así, podemos entender a la colombiana como una cultura generadora de sus propias experiencias y símbolos teniendo a la música como eje central, pero también al uso del cuerpo en la indumentaria; el baile y, en parte, también en el habla, como elementos que permiten que la gente se identifique y comparta un mundo de significados comunes. En su desarrollo, la cultura colombiana, que nació como un gusto musical particular, se enfrentó con las concepciones dominantes de la cultura, y ha permanecido sometido a éstas, por el poder de los medios.

La música colombiana de Monterrey, como otras músicas populares es construida a partir desde y a través de los medios masivos. Las producciones discográficas colombianas -de los Corraleros del Majagual, por ejemplo- son productos mercantiles, que viajaron desde Colombia hasta el norte de México, hará unos 30 años, con el objetivo de realizarse como mercancías, de venderse. Así mismo, quien quiera obtener música colombiana contemporánea, vallenata y cumbia, puede comprarla en las principales discotecas de la ciudad de Monterrey, adquirirlas por la Internet o bajarlas de sitios compartidos. No se diga de la proyección y reconocimiento nacional e internacional que algunos grupos musicales, como Celso Piña, han tenido en los últimos años, en los más importantes foros legitimados de la producción y circulación internacional de la música: Nominaciones al premio Grammy, reconocimientos de las autoridades, discos con producción de primer mundo y otras características más. Todo ello da la impresión de que esta música forma ya parte del repertorio cultural de la ciudad, como si siempre hubiese existido la misma oportunidad para que este gusto musical se expresara y extendiera.

Sin embargo, no fue siempre así. De hecho, la marginación que vivió durante décadas (y vive aún) esta música fuera del mundo mediatizado es una de las características de esta cultura. Eso explica, en parte, el interés que ha ocasionado en diferentes ámbitos intelectuales, que abordan aspectos variados de esta cultura desde diferentes perspectivas.

A partir de la segunda mitad de los años 90 aparecen los primeros estudios formales sobre la música y la cultura colombianas en Monterrey. Hoy existen estudios desde las ciencias sociales, y aportaciones desde el teatro, el video y el periodismo. Algunos tienen por objetivo comprender y hacer comprender a otros sectores sociales las visiones que los “colombianos” tienen de sus prácticas, de sus gustos, en vista del estereotipo dominante que relaciona a sus consumidores con el mundo de la delincuencia, la violencia y la drogadicción; otras aportaciones buscan enviar mensajes específicos a la comunidad de “colombianos” utilizando los códigos de esa cultura; otros más buscan encontrar los hilos que atan diversas realidades locales, regionales e internacionales, donde México, Colombia y Estados Unidos son sólo los principales escenarios.

La siguiente es una apretada e incompleta recopilación de algunos trabajos realizados y en proceso sobre la cultura colombiana. Aún, con riesgo de ser inexactos en algunos datos (por lo cual pedimos disculpas) considero valioso el ejercicio por las oportunidades que puede generar el que todos estos actores, que actúan más bien de modo individual, nos conozcamos y retroalimentemos. Además, pretendo mostrar que la cultura colombiana no es una moda musical más sino un campo de estudio que tiene cada día más adeptos.

Trabajos realizados:

Con temor a equivocarnos, los textos de Daniel Cifuentes y César Morado sobre la historia de la Colonia Independencia y el Puente San Luisito (el llamado “Puente del Papa”), son las primeras crónicas que registran el gusto por la música colombiana y la liga de éste con una vestimenta especial. (2)

En 1996 José Juan Olvera, Benito Torres, Gregorio Cruz y César Jaime, escriben La Colombia de Monterrey. Descripción de algunos elementos de la cultura colombiana en la frontera norte, con el patrocinio de la Fundación Rockefeller y el centro cultural chicano Guadalupe Cultural Arts Center. La intención del texto era “...Relatar la historia de la música colombiana en Monterrey; describir sus modos de producción y consumo, y el papel que juega en todo esto la migración entre Nuevo León y Texas.” (3)

Los autores dos sociólogos, un psicólogo y sociólogo-antropólogo, usaron una metodología básicamente cualitativa, reconstruir lo anterior en voz de los actores sociales involucrados.

Dos años después, Olvera recoge las ideas fundamentales del estudio para escribir Colombianos de Monterrey, génesis y prácticas de un gusto musical y su papel en la construcción de una identidad. A esta tesis de maestría Olvera agregó un intento de interpretación teórica sobre origen del gusto por “la colombia”. La metodología usada también es cualitativa.

Recientemente, el colombiano Orlando Cajamarca escribió el texto dramático Alicia Adorada en Monterrey, como becario del Programa de Intercambio de Residencias Artísticas México-Colombia, en su edición 2002, patrocinado por el Fonca y el Ministerio de Cultura de Colombia. Cajamarca realizó estancias en Monterrey, Ciudad de México y otras ciudades, como parte de etapa de recolección de información para la construcción de situaciones y personajes. Su guión fue presentado en la Ciudad de México a mediados de junio del 2003, como parte del Encuentro “Puerta de las Américas”. Actualmente se dialoga la posibilidad de una puesta en escena por parte de miembros de la comunidad de actores de la localidad.

Desde el campo del periodismo han aparecido interesantes trabajos que pretenden dar contexto a investigaciones académicas sobre el tema, o a nuevos proyectos musicales que músicos como Celso Piña presenta en la ciudad de México o Estados Unidos. Han aparecido entrevistas con este autor en La Jornada, el Universal y Reforma. Uno de los trabajos más interesantes es Dancing Across the Border, realizado por Cheryl Smith, para el Dallas Observer, de Dallas, Texas. Smith muestra el modo como se vive este gusto musical de ambos lados de la frontera y el papel que juega la migración en su desplazamiento geográfico. Es también digno de reconocimiento, el trabajo que Lorenzo Encinas ha realizado en El Sol y El Metro, como difusor de la cultura colombiana, un trabajo cotidiano –con elemento de trabajo etnográfico- que puede servir de referencia importante para cualquier investigación seria sobre la cultura colombiana.

Los trabajos en proceso

Otras dos regiomontanas, Leticia Saucedo y Magdalena Salgado, realizan desde el 2000 sendos videos documentales sobre otros aspectos de la cultura colombiana. Saucedo, ha filmado los más variados aspectos de la cultura colombiana en los últimos cinco años, festivales musicales, organizados por diversas instancias del gobierno o por organizaciones particulares, bailes populares, bailes de salón, presentaciones de músicos locales y colombianos. En el caso de Salgado aparece la cuestión de género, ella quiere mostrar las facetas de las adolescentes colombianas, un tema nunca antes tocado. Por diversas razones ninguno de los dos trabajos ha sido terminado.

La coahuilense Perla Ábrego investiga la Recepción y transformaciones de la música colombiana en el norte de México. En su ambicioso trabajo, Ábrego pretende estudiar...

“...las transformaciones que sufrió la música tradicional colombiana al llegar a otro contexto cultural, es decir, en el recorrido desde Valledupar hasta el norte de México. Esto incluye un estudio acerca de la evolución de la tradición oral que dio origen a estos ritmos. Por lo tanto se estudiarán los cambios surgidos en el romance español y cómo se ha conservado el elemento narrativo de este género poético tanto en el Vallenato como en el Corrido mexicano y cómo este elemento sigue presente en las canciones modernas de ambos géneros. Con base en el anterior análisis se busca comprobar que ésta puede ser la razón por la cual se ha dado una muy buena recepción de la música popular colombiana en el norte de México y el por qué de la identificación de los oyentes mexicanos con estas letras, cómo las han adaptado a su diario vivir y cómo la música se ha ido fusionando con ritmos locales hasta llegar a lo que hoy en día los regiomontanos llaman la música colombiana del norte de México o "la colombia de Monterrey". Se tratará igualmente la función social de este nuevo ritmo en los oyentes del norte mexicano, el impacto que ejerce cultural y socialmente en una generación de jóvenes provenientes de familias migrantes y campesinas y la razón por la cual se da la identificación con este género reciente proveniente de otro país, de otras tradiciones.”

Ábrego es graduada de la Escuela Normal Superior de Coahuila, en la especialidad de Lengua y Literatura Españolas. Es pasante del posgrado en letras españolas de la UANL y actualmente realiza otro posgrado como becaria de la Universidad de Antioquia, en Medellín, Colombia, desde el año 2001. Como herramientas teórico metodológicas trabaja la teoría de la recepción y el análisis del discurso, así como el análisis literario y de contenido.

Darío Blanco, es un joven investigador colombiano que realiza su doctorado de Ciencias Sociales en la Universidad Autónoma Metropolitana, con una de las más prometedoras investigaciones sobre el vallenato, la identidad y el proceso de globalización-localización. El título de su investigación: La relación música e identidad. Las mediaciones del vallenato en su proceso de glocalización y su utilización como herramienta en la construcción de procesos de identificaciones colectivos. En él, Blanco se propone:

“...la realización de un estudio sobre la manera en que se dan estas mediaciones dentro de la transnacionalización del género musical vallenato, entre Colombia y México, enfatizando cómo esta música ha servido a manera de herramienta en la construcción de procesos identificatorios en la ciudad de Monterrey-Nuevo León, contrastado con el proceso análogo en Colombia.”

Este investigador da continuidad a una investigación previa, con la que se licenció como antropólogo de la Universidad de los Andes, en Bogotá, sobre la evolución del vallenato en Colombia, (de ser un género local y marginal, hasta convertirse en un género regional y después nacional) y la relación que esta evolución guarda con la construcción de la identidad y la actividad de las élites político-económicas colombianas. El título de su investigación es Creaciones, dinámicas y contradicciones del vallenato. Construcción de regionalidad y nacionalidad a partir de la música popular colombiana.

(1) Para algunos el término de música vallenata o cultura vallenata es el más indicado. La llamo colombiana y no vallenata, el gusto por esta música en los sectores populares y marginales, rebasa con mucho, el género vallenato, aún y cuando el vallenato sea el género más gustado por los jóvenes. La cumbia es un poderoso instrumento de identificación de la cultura, así como el porro en sectores que no son jóvenes.

(3) Ver Sifuentes, Daniel. (1992). "Crónica de la Colonia Independencia", en Historia. Nuestros Barrios, Nuevo León. Gobierno del Estado de N. L. Monterrey. Y Sifuentes, Daniel. (1992). "La Colonia Independencia", en Tradiciones y Costumbres de Nuevo León. Gobierno del Estado de N. L. Monterrey, así como Morado, Macías. (1994). "San Luisito... Barrio, Puente y Mercado (1987-1992). Un puente de Identidad Arrasado por el Río", en Historia. Nuestros Barrios. Nuevo León. Gobierno del Estado de N. L. Monterrey.

(3) La colombia de Monterrey.

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Mensaje  Huésped Mar Jul 29, 2008 4:14 pm

Muchas gracias MARIO. Muchas gracias BETO. Aprecio mucho estos aportes pues me permiten documentarme mejor sobre un tema que estoy investigando y que seguramente será uno de los capítulos del libro que tengo en proyecto escribir.

BABYCHOLA también quedó de averiguar algo. Me gustaría que IVENS averiguara sobre la difusión del vallenato en Venezuela y compartiera con el grupo algunos documentos. Un abrazo.

Huésped
Invitado


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Mensaje  Huésped Mar Jul 29, 2008 4:23 pm

Quienes estén interesados en adquirir algunos de mis libros (no tienen nada que ver con vallenato) pueden entrar a www.lalibreriadelau.com y en el motor de búsqueda escriben mi apellido massiris y le saldrán los dos últimos que he escrito. Allí les dan las instrucciones para comprarlos via internet y se los envían a Holanda, México, Venezuela o cualquier ciudad colombiana donde se encuentren. Saludo.

Huésped
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